viernes, 17 de mayo de 2013

Capítulo 9: Sensaciones nuevas

¿Pero para qué amargarme con mis pensamientos? Lo mejor era vivir la vida, ser diferente a todo el mundo, ser única.

Hoy raramente, me apetecía pintar, aunque eso se le da mejor a mi hermana, lo mío son más bien garabatos.

Cogí un folio y comencé a dibujar. Empecé por un círculo, luego un par de triángulos... Arrugué la hoja y la tiré a la basura. Menudo dibujo. No me extrañaba que a mi hermana la alabasen por sus cuadros, ella sabía mucho más de esto que yo.  Volví a centrarme... No iba mal el dibujo, era extraño, pero en esos momentos me salió así, no se porqué, tampoco que era, pero... De una manera u otra era especial (para mí al menos). Expresaba todo lo que sentía en aquel momento, me ayudó mucho, me sentí bien.

Cuando lo terminé, lo colgué en el tablón de mi habitación. No sería el último dibujo, eso seguro.

Ya era tarde, bueno, en verano tarde lo que se dice tarde tampoco, aún estaba el sol, pero poco a poco se iba llendo dejando su lugar a la luna y las estrellas. Me apetecía tomar el aire, me vendría bien.

Y con esa intención salí de casa, móvil en mano, claro, nunca salía de casa sin él.

Salí del portal y respiré el aire de la calle. Me gustaba esa pequeña sensación de libertad.
Comencé a caminar, no sabía hacia donde dirigirme exáctamente, así que fui cruzando calles sin pensarlo. Sabía como volver, claro, no era tonta, pero no tenía ganas de regresar.
Solo trataba de alejarme de todo, tener un rato para mí, sin tener que pensar en ninguna persona más por muchos quebraderos de cabeza que me trajera.

La gente me miraba de arriba a abajo, a mi me daba igual, así era yo, y si no sabían aceptarme allá ellos, no les iba a obligar.

Caminaba tranquila, mirando al frente, sin fijarme en nadie, solo en lo que tenía delante, pero sentía que alguien me miraba. Que idiotez. ¿Quién iba a seguirme? Nadie. Seguí caminando.

~*~

No me gustaba espiar pero... No podía evitarlo, era escuchar la puerta de su casa y salir lanzado hacia la mirilla.
Sabía que la vista no me llegaría para verla, pero sí para ver al menos su sombra, con eso me bastaba. Hoy había decidido dar el paso: saludarla, conocerla un poco, hablar con ella... Pero no era tan decidido como quería o como aparentaba, me costaba mucho hablar por primera vez con alguien...

Por eso en aquel instante, la estaba siguiendo, quería conocerla más a fondo, saber más de ella: sus lugares favoritos, las personas con las que se llevaba bien...

Era demasiado tímido y luego me arrepentía. Así no llegaría nunca a ningún lado... Suspiré, ¿por qué era todo tan difícil?

[[CONTINUARÁ ;)]]

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