viernes, 28 de noviembre de 2014

Capítulo 19: Sinceridad.

Pasamos la tarde en su casa y al contrario de lo que pensé en un principio, no fue tan incómodo  (Eso sí, tuvo que tener mucha paciencia conmigo para enseñarme lo básico).

Para cuando nos dimos cuenta, ya había caído la noche y sus padres y su hermana estaban en casa.

Fue su madre la que nos encontró en su habitación con la guitarra.

-¡Anda! Pensábamos que os habíais ido a dar una vuelta o algo, como estaba echada la llave...
-Lo siento, es la costumbre- dijo Carlos mientras guardaba la guitarra.
-Y yo... debería irme ya- dije mirando la hora en el móvil.

Carlos guardó la guitarra en su sitio y me hizo una señal con la cabeza.

-Venga, que te acompaño, no sea que te echen la bronca de nuevo.

Asentí algo sonrojada, ¿y el cómo sabía que me habían regañado una vez? Había pasado algo de tiempo...
Seguro que mis padres se lo habrían contado en mi ausencia, a saber que más sabría...

Me despedí de su madre y salimos fuera del piso. Se me había hecho demasiado corta la tarde, no quería volver a casa aún en verdad.

-¿Quieres que demos una vuelta?- propuso mientras bajábamos las escaleras.

Lo miré con cara de: "¿Es que me has leído la mente o algo?".

-Pero primero da el aviso.

Llamó al timbre de mi puerta y  (para variar), abrió mi hermana.

-Voy a dar una vuelta, díselo a papá y mamá.

Nos miró de arriba a abajo y asintió.

-Pasadlo bien tortolitos- sonrió y me lanzó mis llaves.

Estuve a punto de decirla algo cuando cerró la puerta.

Noté que me subían los colores de nuevo a las mejillas, esto no quedaría así.

-Vamos- bajé la primera a la calle.

~*~

Bajé tras ella y cerré la puerta. Me estiré un poco mirándola.

-¿Vamos al parque?
-Como quieras.

Caminamos tranquilos hacia el parque hablando de todo un poco: mis clases de guitarra, las suyas de Kempo, la música que nos gustaba...

-¿No tienes muchos amigos, verdad?...-me aventuré a decir tratando de no ofenderla.
-¿Por qué lo dices?- contestó con normalidad mientras nos sentábamos en la caseta del tobogán.
-Suposiciones mías- me senté frente a ella.
-Bueno... yo no lo llamaría tener amigos... Llevo mucho tiempo con las chicas que me junto, pero en verdad somos muy diferentes. Además, prefieren quedar con sus novios e ir a fiestas y hacer botellón y esas cosas... Y para eso prefiero no salir.
-Entiendo.
-¿Y tú? ¿Tenías muchos amigos allí?
-Los necesarios, tampoco creas...
-Supongo que somos raros...
-No creo que seamos raros, simplemente aún no hemos encontrado nuestro lugar...
-Quizá... Hay veces que pienso que ser yo misma es malo, pero no quiero ser una más... Es decir, por un lado quiero sentirme parte de algo, pero por otra parte me parece hacer el tonto tratar de ser algo que no soy.
-Por elegir un camino o ser de una forma o de otra no deberiamos tener que ser criticados...

Vi que miraba como bailaban las luces del parque por la noche, pero su expresión cambió en un segundo.

-Mierda... -susurró.

[[CONTINUARÁ ;)]]

viernes, 21 de noviembre de 2014

Capítulo 18: Clases de guitarra

"Clack". Cerrada, así no podría escapar de aquí hasta que volviera a abrir la puerta... Podríamos hablar tranquilamente hasta que mis padres o mi hermana subieran a mi casa, aunque cruzaba los dedos por que eso fuera más tarde que pronto.

Atenea estaba eufórica, daba saltitos mientras buscaba mi habitación, aunque la costaría un poco encontrarla. Aparte de que era pequeña, estaba un poco escondida.

-¡Esperame!- dije riendo cuando empezó a corretear por el salón.

Rió conmigo y paró un segundo.

La guié hasta mi habitación tranquilamente y la dejé allí para ir a por unas bebidas.

<<Tranquilizate Carlos, piensa, no te aceleres.>> Me decía para mí.

~*~

Me guió hasta su habitación y fue a por algo para beber.
- Siento el desorden.
- No importa- negué mirando los posters de las paredes y los libros.
- Aún me faltan algunas cosas para terminar de ordenar todo.
-¡Si quieres te ayudo!- dice sin pensarlo.
-¡Genial! Entre los dos terminaremos pronto.

Dejó la bandeja con las bebidas sobre su escritorio y abrió el armario de donde sacó la guitarra en su respectiva funda. Cuando la sacó, observé que la caja estaba pintada con unos dibujos de color negro iguales a los que estaban dibujados en la funda en dorado.

-Qué bonita... -susurré.

Tomó asiento en su silla de escritorio y sacó de la funda el afinador de la guitarra. Conectó el aparato y pulsó las cuerdas regulándolas con las clavijas hasta que comenzó a sonar bien.

Tocó un par de acordes para comprobarlo mientras yo miraba embobada sus manos y subí la mirada hacia su sonrisa.

~*~

Carraspeé un poco, tenía las clases de guitarra un poco oxidadas, pero al menos recordaba lo básico.

Saqué la púa y sonreí.

-Espero que te guste...

Empecé a tocar muy despacio (todo lo tranquilo que podía estar en aquel momento, claro) y canté con tanto sentimiento como pude ""Wherever you are" de ONE OK ROCK.

La sensación era increíble. Sentía como la música nos envolvía a ambos llevándonos a otro mundo.

Pero cuando la canción terminó, sentí ese vacío interno. Ya habíamos bajado de las nubes y tocado con los pies el suelo.

Observé su expresión. Sonreía, tenía los ojos cristalinos y las mejillas algo sonrojadas.

- No ha sido para tanto, no llores... -acaricié despacio su mejilla.

-N-no estoy llorando- rió nerviosa y se pasó el dorso de la mano por los ojos-, es solo que es mi canción favorita y lo has hecho genial...

Ahora fui yo el que reí nervioso y me pasé la mano por el pelo.

- No exageres, además hace mucho que no tocaba. La guitarra estaba incluso desafinada.

Negó.

-De verdad, lo haces muy bien.
-¿Quieres que te enseñe a tocar la canción entonces?

~*~

Asentí y le hice sitio junto a mí. Colocó con cuidado la guitarra sobre mis piernas y puso mis manos en su sitio para sujetarla bien.

- Veamos... la púa se coge así.

Cogió mi mano y colocó la púa entre mis dedos. Se acercó más a mi hasta que pude sentir su respiración.

-Comencemos con la clase.

[[CONTINUARÁ ;)]]