sábado, 25 de mayo de 2013

Un pequeño descanso.

Hola, esta entrada es para notificar que, como ya habéis podido comprobar, estoy tardando algo estas últimas semanas en subir los capítulos.
Ya sabéis que por estas fechas la mayoría estamos de exámenes, trabajos y ese tipo de cosas de final de curso, con lo que en el blog realizaremos un pequeño descanso hasta que todo esto pase para así poder subir más capítulos a lo largo de la semana, no únicamente los viernes.

El descaso durará hasta el día 8 de junio, es decir, trece días.

Disculpad las molestias, en unos días esto seguirá tan activo como siempre.

Atte. Atenea

viernes, 17 de mayo de 2013

Capítulo 9: Sensaciones nuevas

¿Pero para qué amargarme con mis pensamientos? Lo mejor era vivir la vida, ser diferente a todo el mundo, ser única.

Hoy raramente, me apetecía pintar, aunque eso se le da mejor a mi hermana, lo mío son más bien garabatos.

Cogí un folio y comencé a dibujar. Empecé por un círculo, luego un par de triángulos... Arrugué la hoja y la tiré a la basura. Menudo dibujo. No me extrañaba que a mi hermana la alabasen por sus cuadros, ella sabía mucho más de esto que yo.  Volví a centrarme... No iba mal el dibujo, era extraño, pero en esos momentos me salió así, no se porqué, tampoco que era, pero... De una manera u otra era especial (para mí al menos). Expresaba todo lo que sentía en aquel momento, me ayudó mucho, me sentí bien.

Cuando lo terminé, lo colgué en el tablón de mi habitación. No sería el último dibujo, eso seguro.

Ya era tarde, bueno, en verano tarde lo que se dice tarde tampoco, aún estaba el sol, pero poco a poco se iba llendo dejando su lugar a la luna y las estrellas. Me apetecía tomar el aire, me vendría bien.

Y con esa intención salí de casa, móvil en mano, claro, nunca salía de casa sin él.

Salí del portal y respiré el aire de la calle. Me gustaba esa pequeña sensación de libertad.
Comencé a caminar, no sabía hacia donde dirigirme exáctamente, así que fui cruzando calles sin pensarlo. Sabía como volver, claro, no era tonta, pero no tenía ganas de regresar.
Solo trataba de alejarme de todo, tener un rato para mí, sin tener que pensar en ninguna persona más por muchos quebraderos de cabeza que me trajera.

La gente me miraba de arriba a abajo, a mi me daba igual, así era yo, y si no sabían aceptarme allá ellos, no les iba a obligar.

Caminaba tranquila, mirando al frente, sin fijarme en nadie, solo en lo que tenía delante, pero sentía que alguien me miraba. Que idiotez. ¿Quién iba a seguirme? Nadie. Seguí caminando.

~*~

No me gustaba espiar pero... No podía evitarlo, era escuchar la puerta de su casa y salir lanzado hacia la mirilla.
Sabía que la vista no me llegaría para verla, pero sí para ver al menos su sombra, con eso me bastaba. Hoy había decidido dar el paso: saludarla, conocerla un poco, hablar con ella... Pero no era tan decidido como quería o como aparentaba, me costaba mucho hablar por primera vez con alguien...

Por eso en aquel instante, la estaba siguiendo, quería conocerla más a fondo, saber más de ella: sus lugares favoritos, las personas con las que se llevaba bien...

Era demasiado tímido y luego me arrepentía. Así no llegaría nunca a ningún lado... Suspiré, ¿por qué era todo tan difícil?

[[CONTINUARÁ ;)]]

viernes, 10 de mayo de 2013

Capitulo 8: Un desafortunado encuentro.

Sí, definitivamente la suerte no estaba de mi lado ese dia... Qué diantres,ni hoy ni ayer ni nunca... Parecia que me perseguía.
Alli estaba con su camiseta hasta la rodilla y sus vaqueros cortos. Maldita pija... me habia llevado siempre por el camino de la amargura... Antes ibamos a clase juntas, menos mal que cambie de instituto, la verdad,odiaba verla y viceversa. Eramos completamente distintas. En definitiva, me caía rematadamente mal.

-Sientate ahí.

 ¡Oh vamos! ¿Al lado mio? ¿Enserio? Flipante todo esto.
Se sentó junto a mi y dejó el bolso cerca de la silla. Sacó una mini libreta y un boli.

 -Atenea, hoy Ainara viene a clases, espero que no te moleste.
-Para nada, tranquila.

Me molestaba muchisimo,ahora si que no me iba a enterar de nada, y encima siempre la hacian mas caso a ella, tenia el don de llamar la atención allá por donde pasaba. Era muy irritante. La profesora se sentó junto a ella.

-¿Qué es lo que no comprendes?
-Ecuaciones, se me dan fatal.
-Bueno, fijate de como lo hace Atenea y ahora practicaremos más.

¿De mí? Entonces suspenderia,estaba claro. La clase siguió adelante, las ecuaciones circulaban por mi cabeza como un atasco en una autovia, todo revuelto, no comprendia nada.

Me despedí de la maestra con la mano, ya eran las dos de la tarde (que calor hacía... El sol disfrutaba "quemando" humanos).

Llegué a paso corto a mi casa. Mi madre ya había comido con mi hermana, mi plato era el único que quedaba sobre la mesa. Me lo comí en un santiamén, tenía muchisima hambre.

Después, como todas las tardes, fui a mi habitación. Podria hacer muchas cosas: twittear, escuchar musica, leer... Hoy me apetecia algo diferente, no sabía el que, asi que me tumbé para reflexionar.
Todo había cambiado en un solo día... Por supuesto, nadie sabia lo que me pasaba por dentro salvo yo.¿Para que enterarse los demás? Era una idiotez, era lo suficientemente madura como para solucionar mis problemas yo sola.

<<Demasiado madura, quizá>> Pensé.

Nunca habia sido muy infantil, siempre o casi siempre habia estado sola.
La vida no trata de igual forma a todas las personas, por desgracia. Aunque tampoco me gustaba ser como las demás. Todas eran como muñecas de tela cortadas por un mismo patrón, todas iguales. 

[[CONTINUARÁ ;))]]

sábado, 4 de mayo de 2013

Capítulo 7: En esta vida todo son problemas.

En aquel instante, ya no volví a ser la misma Atenea, al menos, no en la apariencia. Conseguí convencer a mi madre para hacerme unas mechas azules metalizadas (Sí, costó mucho trabajo... Más bien muchísimo.), y cambié mi forma de vestir.
Este proceso duró un par de días en los que no volví a ver a Carlos por el hall, pero seguíamos en contacto por twitter.
Él me preguntaba por el día en que quedamos, yo le respondía con la excusa del hospital.

Engañarlo estaba mal, lo sabía perfectamente, ¿pero que otra cosa podría hacer? En el fondo, tenía miedo... Sí, miedo de no gustarle, de solo ser una chica más en su vida, por que desde luego, seguro que habría más, muchas más... No era un chico común, tenía... Algo. Indescriptible, inexplicable, tal vez inexistente... Pero atraía, mucho...

Suspiré al cielo, era imposible enamorarse de alguien sin apenas conocerle, no tenía sentido...

<<Esto es de tontos...>>Pensaba.

Una pena que en esos instantes de lucidez, mi corazón y mi mente no concordaran, cada uno pensaba una cosa distinta. Era como una pequeña rebelión interna en la que no se declaraba nadie ganador.

A pesar de todo esto, mi vida seguía.
Era martes, el día de las clases de matemáticas. Sí, en verano, ya os podeis hacer una idea de porqué.

En fin, continuando con esto, eran ya las doce de la mañana y evidentemente, llegaba tarde, como siempre, no tengo remedio; crucé las calles corriendo saltándome semáforos y sorteando coches como buenamente podía mientras trataba de que la mochila no saliera volando de mi espalda con la carrera.

Llegué a la casa de mi profesora particular jadeando del cansancio y llamé al timbre mientras colocaba todo en su sitio.

-Llegas un cuarto de hora tarde, espero que no se convierta en costumbre -comentó cuando me abrió la puerta.

-Lo siento Delia -respondí con la cabeza gacha mientras pasaba.

Tomé asiento en la mesa y comencé a sacar cosas de la mochila: el cuaderno, el libro y los estuches.

Se sentó junto a mí y comenzamos la clase, ecuaciones y problemas móviles, genial... El peor tema...
Comenzó por explicarme las partes de la ecuación y sus distintos componentes y después la forma de resolverlos. No era nada fácil aunque lo pareciera, siempre se me habían dado mal...

-Entonces esto es así, ¿no? -pregunté mostrándola un ejercicio.
-Exacto y luego esto lo tienes que pasar multiplicando.
 -¡Aaaah! Ya comprendo.

Parecía que las cosas me iban bien, al menos comprendía lo que me explicaba. Entonces, el timbre volvió a sonar y la profesora fue a abrir la puerta mientras mascullaba quién podría interrumpir la clase.
Acabé el ejercicio como ella me había indicado, el resultado era dos. Todos los calculos eran correctos y estaba todo bien colocado.

<<La primera ecuación que me sale en condiciones.>> Pensé orgullosa de mi misma.

Ella abrió e invitó a pasar a quien había llamado. Volvieron a la sala justo cuando yo estaba perdida mirando a todos lados menos el cuaderno.

-Atenea, ¿has terminado ya?

Volví la vista hacia ella.

-S...-la palabra se quedó en el aire.

 Genial, un problema más aparte de las ecuaciones.

[[Siento haber subido este capítulo tan tarde, mayo es un mes con bastante movimiento y no he podido subirlo antes, perdonad la tardanza. Y como siempre: CONTINUARÁ ;)]]