Subí rápido las escaleras, abrí y me metí en el baño deprisa. El agua fría caía sobre mi cara, tranquilizándome un poco. Tardé apenas cinco minutos en salir de la ducha y caminé hacia mi armario buscando algo que ponerme.
~*~
Todo esto era una grandísima locura. ¿Y ahora qué? No había forma de escapar de casa sin que mis padres me pillaran.
<<Idiota, idiota, idiota>> -me decía a mi misma.
Daba vueltas por la habitación como un león encerrado en una jaula mientras mis manos descansaban entrelazadas tras mi nuca.
Mis padres no me iban a quitar el castigo tras solo haber pasado un día y mucho menos me iban a volver dejar salir a la calle de noche.
Por la ventana aún entra algo de Sol, aunque casi se ha ido para dar paso a la Luna y sus estrellas. Tenía que conseguir salir de esta "cárcel" como fuera.
Y con ese pensamiento me dirijo a la cocina donde mi madre está ya preparando la cena. Si mi táctica funcionaba, en unos instantes estaría en el vestíbulo.
Me acerqué a ella despacio abrazándola por detrás.
-Mamáa... -la dije melosa mientras la abrazaba.
-Suéltalo -respondió ella ya familiarizada con "mi táctica" mientras seguía a lo suyo sin mirarme.
<<Nota mental: Tendré que cambiarla.>>
-Necesito un favorcito de nada, por favoor -mi voz seguía en el mismo tono-. ¿Puedo salir ahora a las nueve?
Se giró rápida cuando le dije eso y me miró de arriba a abajo.
-No-negó rotunda.
-Mamá, por favor. He quedado con el chico nuevo del edificio, quiero enseñarle el lugar, te lo suplico, dejame saliir... -rogaba mientras la cogía de las manos.
Ella negó firme con la cabeza y volvió a su tarea.
<<Maldíta sea, ya no puedo cancelarlo, necesito salir de aquí y verle.>>
Me dí la vuelta dándola la espalda y me encaminé al salon donde mi padre veía las noticias.
-Papáa... -otra vez comenzaba con mi juego pero esta vez más segura de mi misma, pocas veces mi padre me había negado algo.
-Pide por esa boca -dijo tranquilo acomodado desde el sofá.
-Pues... Me preguntaba si podrías dejarme salir esta noche. He quedado con el nuevo chico de arriba para enseñarle el lugar... -le solté con la esperanza de que me dejara ir.
-¿Se lo has preguntado a tu madre?
Frunzo el ceño sin que me vea.
-Sí, y me dijo que te preguntara.
Se encoge de hombros desde el sofá.
-¿Te llevarás el móvil?
Asiento frenéticamente mientras la alegría inundaba mi cuerpo.
-Claro que sí, siempre lo llevo -contesto rápida.
-Entonces por mi bien.
Estoy apunto de correr a besarle en la mejilla cuando...
-Pero con una condición- me dice completamente serio.
Oh no, ya empezamos con las condiciones.
-Me llamarás a la hora y me dirás dónde estás.
-¡Papá! -le digo dolida.- Se cuidar de mí misma.
-No demostraste lo mismo ayer. Esa es la condición, puedes aceptarla o quedarte aquí a cumplir el castigo, tú eliges.
-Está bien.-consiento a regañadientes.
Asiente conforme y me deja ir.
<<Idiota, idiota, idiota>> -me decía a mi misma.
Daba vueltas por la habitación como un león encerrado en una jaula mientras mis manos descansaban entrelazadas tras mi nuca.
Mis padres no me iban a quitar el castigo tras solo haber pasado un día y mucho menos me iban a volver dejar salir a la calle de noche.
Por la ventana aún entra algo de Sol, aunque casi se ha ido para dar paso a la Luna y sus estrellas. Tenía que conseguir salir de esta "cárcel" como fuera.
~*~
-La gomina...la gomina dónde está...-murmuraba mientras rebuscaba entre los estantes del baño.- Bah, da igual.
Me miro una última vez al espejo antes de coger mis cosas para salir de casa: móvil, cartera... Sí, no tenía nada más que llevar, ¡ah sí, las llaves!
<<Soy lo más despistado del mundo.>> -pienso mientras las cojo.
Vale, ahora sí.
Respiro hondo, me despido de mi madre y salgo de casa.
~*~
<<Quizá les de pena y me dejen salir, además, saben que no volveré a hacerlo nunca más, seguro que me dejan salir.>>
Y con ese pensamiento me dirijo a la cocina donde mi madre está ya preparando la cena. Si mi táctica funcionaba, en unos instantes estaría en el vestíbulo.
Me acerqué a ella despacio abrazándola por detrás.
-Mamáa... -la dije melosa mientras la abrazaba.
-Suéltalo -respondió ella ya familiarizada con "mi táctica" mientras seguía a lo suyo sin mirarme.
<<Nota mental: Tendré que cambiarla.>>
-Necesito un favorcito de nada, por favoor -mi voz seguía en el mismo tono-. ¿Puedo salir ahora a las nueve?
Se giró rápida cuando le dije eso y me miró de arriba a abajo.
-No-negó rotunda.
-Mamá, por favor. He quedado con el chico nuevo del edificio, quiero enseñarle el lugar, te lo suplico, dejame saliir... -rogaba mientras la cogía de las manos.
Ella negó firme con la cabeza y volvió a su tarea.
<<Maldíta sea, ya no puedo cancelarlo, necesito salir de aquí y verle.>>
Me dí la vuelta dándola la espalda y me encaminé al salon donde mi padre veía las noticias.
-Papáa... -otra vez comenzaba con mi juego pero esta vez más segura de mi misma, pocas veces mi padre me había negado algo.
-Pide por esa boca -dijo tranquilo acomodado desde el sofá.
-Pues... Me preguntaba si podrías dejarme salir esta noche. He quedado con el nuevo chico de arriba para enseñarle el lugar... -le solté con la esperanza de que me dejara ir.
-¿Se lo has preguntado a tu madre?
Frunzo el ceño sin que me vea.
-Sí, y me dijo que te preguntara.
Se encoge de hombros desde el sofá.
-¿Te llevarás el móvil?
Asiento frenéticamente mientras la alegría inundaba mi cuerpo.
-Claro que sí, siempre lo llevo -contesto rápida.
-Entonces por mi bien.
Estoy apunto de correr a besarle en la mejilla cuando...
-Pero con una condición- me dice completamente serio.
Oh no, ya empezamos con las condiciones.
-Me llamarás a la hora y me dirás dónde estás.
-¡Papá! -le digo dolida.- Se cuidar de mí misma.
-No demostraste lo mismo ayer. Esa es la condición, puedes aceptarla o quedarte aquí a cumplir el castigo, tú eliges.
-Está bien.-consiento a regañadientes.
Asiente conforme y me deja ir.
~*~
Escucho música mientras espero apoyado en la pared del hall, al final había decidido traerme también los cascos del MP3, nunca se sabe cuando te pueden ser utiles.
<<Lleva un retraso de diez minutos.>>
Estoy tenso esperando, impaciente por verla bajando por esas escaleras.
Por un momento se me pasa por la cabeza el cuento de Cenicienta y el zapatito de cristal cuando ella baja corriendo a toda prisa por las escaleras y casi se cae rodando si no llega a ser porque la recojo en el momento justo en el que sus narices están a punto de tocar el suelo.
-¿Estás bien?-pregunto amablemente. Espero que no se noten mis nervios.
Ella asiente con las mejillas sonrojadas e intenta esbozar una sonrisilla de disculpa.
[[CONTINUARÁ ;) ]]
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